En estos tiempos de la industria hípica no resulta común ver a un ejemplar competir en el máximo nivel durante un período prolongado. En el caso de un caballo, si éste es apto para la reproducción termina más temprano que tarde siendo negociado para un establecimiento de cría. En caso contrario, hemos visto como la durabilidad en la pista de un ejemplar es cada vez menor, y es por ello que ver correr y ganar a Whitmore es, por qué no, casi una rareza. A sus siete años, y luego de tres intentos fallidos, el alazán hijo de Pleasantly Perfect finalmente logró la victoria en la Breeders' Cup Sprint (G1) del pasado 7 de noviembre en Keeneland. El pupilo de Ron Moquett tuvo además la particularidad de ser el único ganador de las selectivas disputadas sobre pista de arena en lograr su triunfo en atropellada, en una tarde donde los ejemplares velocistas se vieron bastante favorecidos. Esto da un mayor mérito a la actuación del veterano corredor, que obtuvo su décimo quinto triunfo en 38 salidas a la pista. Clásico o Formulator, los programas de carreras de DRF ponen el poder en tus manos. Conoce cómo adquirirlos visitando este enlace Whitmore participó como cuatroañero en la BC Sprint de 2017, año en el que previo a la carrera había ganado cinco de sus siete actuaciones. Cotizado 20-1 en las apuestas, el caballo no se sintió a gusto en Del Mar, finalizando octavo a 12 1/2 cuerpos de Roy H. Como cincoañero en 2018 llegó a Churchill Downs como "local" a disputar la Sprint, luego de otra buena campaña en la que logró tres primeros -incluyendo el Forego, su primer Grado 1- y tres segundos en siete salidas. De nuevo fue vencido por Roy H, aunque esta vez llegó segundo a 3 1/4 cuerpos. La tercera "no fue la vencida" para el entonces seisañero de 2019. Whitmore pudo ganar tan solo una de sus cinco actuaciones previas a la BC Sprint disputada en Santa Anita. Luego de quedar lejos en los metros iniciales, el nieto de Scat Daddy descontó ventaja para caer tercero a 3 1/2 cuerpos de Mitole y Shancelot, que protagonizaron un emocionante duelo esa tarde. Whitmore continuó en campaña. Su entrenador siempre manifestó que mientras su caballo tuviera la disposición y diera buen resultado seguiría en actividad. Ya con siete años, Whitmore corrió seis veces durante esta temporada, ganando dos selectivas -una Grado 3- en Oaklawn Park, y llegando a la BC Sprint con dos opacas actuaciones en el Forego (G1) -séptimo- y en el Phoenix (G2) -cuarto. Esto por supuesto influyó en su cotización de 18-1 en las apuestas la tarde del 7 de noviembre. Sin embargo, el destino estaba por premiar la consistencia del valiente corredor. Whitmore corrió entre los últimos en un lote de catorce participantes. Su jinete Irad Ortiz Jr. no se desesperó y poco a poco fue logrando que el caballo se abriera paso entre el tráfico, descontando ventaja hasta que pudo correr en firme en la recta final. El resto de la historia es conocido. Whitmore pasó de viaje en los 150 finales y se despegó de sus rivales para imponerse con 3 1/4 cuerpos de ventaja, obteniendo el triunfo que durante los tres años anteriores le había resultado esquivo. Un triunfo que de paso lo coloca como justificado aspirante al Eclipse Award como Campeón Sprinter. Una semana después de su victoria, Whitmore fue enviado a descansar en una finca de Versailles, Ky. Su entrenador -y copropietario- Ron Moquett repitió lo que había dicho hace un año: mientras Whitmore tenga la disposición, podría regresar para competir a sus ocho años. Todos queremos volverlo a ver haciendo de las suyas detrás del aparato, y deleitándonos con su feroz atropellada.