Las jornadas de carreras del viernes 30 y sábado 1 en Churchill Downs resultaron una señal del retorno a la normalidad dentro de la industria hípica norteamericana. Solo basta con hacer una comparación con el singular espectáculo del año pasado para entender la importancia que particularmente ha tenido la celebración de las Kentucky Oaks (G1) y del Kentucky Derby (G1) de 2021 como parte importante de un proceso de recuperación que se vive en estos días. El Kentucky Derby (G1) volvió a su fecha tradicional - el primer sábado de mayo - y nuevamente fue disputado como el primer peldaño de la Triple Corona norteamericana. El año pasado fue el Belmont Stakes (G1) la carrera que dio inicio a la trilogía. Este simple hecho, sumado a la presencia del público en las tribunas y jardines internos de Churchill Downs generaron una necesaria sensación de alivio dentro de una situación que sin dudas ha cambiado la vida de millones de personas alrededor del mundo. Fue muy agradable observar como los aficionados - aunque con limitaciones de acceso - disfrutaron de dos emocionantes tardes de carreras en un clima ideal, regresando a las taquillas y locales de consumo habilitados. El espectáculo no pudo ser mejor. Obviamente, uno de los aspectos más importantes tiene que ver con la jugada, principal fuente de ingresos de los hipódromos. La jornada del sábado fue notable en sus resultados, al punto de que se apostaron unos $233 millones, cifra solamente superada por la recaudación de 2019, que fue de $250.9 millones, cifra record. La comparación elude a 2020 por razones obvias, pero valga decir que se habla de un 85% de incremento con respecto al año pasado, cuando no hubo público y el Derby se disputó en septiembre. En lo que al Kentucky Derby (G1) se refiere, se apostaron $155.4 millones, aproximadamente un 95% más que en 2020 y cerca de los $165.5 millones apostados en 2019. La suma de las dos competencias más importantes (Oaks y Derby) alcanzó $287.3 millones, por debajo de los $311.1 millones que se apostaorn en las mismas dos carreras de 2019. Es muy importante resaltar que estas cifras se alcanzaron con una asistencia reportada de 51,838 aficionados el sábado del Kentucky Derby (G1). Como nota aparte, no podemos dejar de lado al gran protagonista de las clásicas jornadas de viernes y sábado: el estelar jinete John Velazquez, quien se convirtió en el primer ganador el mismo año de las Oaks y el Derby desde que Calvin Borel lo hiciera en 2009. En dos faenas magistrales, el miembro del Salón de la Fama llevó a la victoria a la invicta Malathaat en las Kentucky Oaks (G1), superando en un electrizante final a Search Results; mientras que con Medina Spirit tomó la iniciativa desde el vamos ante la ausencia de velocidad para hilvanar una gran victoria a bordo del pupilo de Bob Baffert en el Kentucky Derby (G1). Ambas competencias fueron prolijas en emociones, y dejaron un gran sabor a buen hipismo, justo lo que se necesita en este largo proceso de recuperación de la industria hípica norteamericana.