Con la desaparición física de Lester Piggott, la hípica mundial se despide de quien quizás representó el último ícono viviente de aquellos grandes profesionales de la fusta que realizaron sus hazañas durante el siglo XX. El gran jinete falleció a los 86 años en un hospital suizo, causando un triste ruido en todas las rotativas y medios de comunicación, deportivos o no, del mundo, el pasado domingo 29 de mayo. Ello sucedió porque Piggott no era sólo un ícono del deporte hípico, sino que representaba una personalidad mundialmente reconocida, aunque gran parte de las multitudes que le idolatran no fueron testigos de sus múltiples hazañas, que le mantuvieron en la cresta de la ola por décadas en su profesión, una profesión que casi fue un designio de vida. Lester Piggott nació para ser jinete. Todo el entorno que le recibió al nacer, aquel 5 de noviembre de 1935, estaba atado por un lazo fuerte a la hípica. Su padre, Keith Piggott, fue un entrenador triunfador. Su abuelo, Ernie Piggott, fue un jinete líder en pruebas con obstáculos (Steeplechase) durante la segunda década del siglo XX. El abuelo lideró tres veces la estadística entre sus colegas del Reino Unido, habiendo vencido, tres veces también, en el codiciado Grand National Stakes inglés. Por otro lado, su madre, Iris, era la hija de un jinete importante, Fred Rickaby Senior, el mayor de una dinastía de jinetes exitosos, tales como su hijo Fred Rickaby Jr. y un par de sobrinos, a saber, su homónimo (Fred Rickaby), dos veces campeón aprendiz a comienzos de 1930 y luego entrenador en Suráfrica; y Bill Rickaby, un jinete líder en Inglaterra entre los años 30 y 60 del siglo XX. Su misma madre fue una talentosa jineta y llegó a ganar el Town Plate en Newmarket durante la temporada 1928, para entonces la única prueba inglesa en la que se permitía montar a las mujeres. Como si fuera poco, su abuela paterna, Margaret, era hermana del líder jinete de finales del siglo XIX en el Reino Unido, Mornington Cannon, seis veces merecedor del título de campeón entre sus colegas. Otros tres hermanos, de la abuela Margaret también fueron jinetes de éxito, entre ellos Kempton Cannon, quien fue ganador del Epsom Derby, emulando a su hermano Mornington. Se pueden encontrar relaciones hasta seis generaciones atrás de Lester, todas estrechamente ligadas con la hípica. Por eso, el joven Piggott pese a tener una estatura de 5 pies y 7 pulgadas (1,675 metros) y un peso natural de 67 kilos, nuna tuvo dudas en su objetivo vital: ser jinete. Y, con ese pedigree, Lester Piggot no tenía ninguna otra opción mejor. Según sus propias palabras, sin embargo, su gran inspiración fue Fred Archer, el gran jinete del siglo XIX, que tuviera una gran lucha con su peso. Se montó sobre un caballo por primera vez a los siete años y a los doce ya era aprendiz en la cuadra de su padre. Su primera monta oficial fue el 7 de abril de 1948 en Salisbury. Cuatro meses después, el 18 de agosto, obtendría su primer triunfo en Haydock Park, conduciendo al mismo ejemplar con el que debutara, The Chase (Foxhunter), al cual condujo haciendo 42 kilos. Sería el inicio de un camino de triunfos legendarios. En 1950, con 15 años, guio a 52 ganadores en 404 compromisos, quedando décimo primero en la estadística de jinetes, pese a que recibió su primera gran sanción, que no le permitió completar toda la temporada. Volvería a montar con 16 años, correría entonces su primer Epsom Derby y lograría su primer triunfo importante ganando el Great Metropolitan Handicap. Tres meses después triunfaría en la primera de las pruebas que hoy en día son catalogadas G1, venciendo en el Eclipse Stakes en Sandown (Inglaterra). En 1952 figuró segundo en el “Derby” y dos años después, en 1954, lograría el primero de sus nueve “Derbys” guiando al recordado Never Say Die (Nasrullah). ::: Duplica tu primer depósito de $250 + $10 de bono al abrir tu cuenta como nuevo cliente en DRF Bets utilizando el código DRFESPANOL. Haz clic en este enlace para mayor información ::: Never Say Die sería el primero de los “legendarios” ejemplares que con su genialidad llevaría camino a la consagración, tales como Crepello (Donatello II); Sir Ivor (Sir Gaylord); Nijinsky II (Northern Dancer), el triplecoronado de 1970, sin émulo hasta nuestros días; Roberto (Hail To Reason); The Minstrel (Northern Dancer); Alleged (Hoist the Flag), doble ganador del Arco de Triunfo; Shadeed (Nijinsky II); y Royal Academy (Nijinsky II), con el que lograría una inolvidable victoria en la Breeders’ Cup Mile (G1) de 1990. Entre 1960 y 1982 lograría titularse campeón jinete inglés en once ocasiones, con un dominio casi absoluto en la década 60-70, liderando a sus colegas en 1960, 1964, 1965, 1966, 1967, 1968, 1969, 1970 y 1971. Fue la época en que hacía equipo habitual con otra leyenda, el inolvidable Vincent O’Brien. Además de los nueve primeros en el Epsom Derby, Piggott triunfó en cinco 2000 Guineas, en dos 1000 Guineas, seis Epsom Oaks y ocho St. Leger Stakes. En Estados Unidos, Lester Piggott tuvo grandes momentos también. Triunfó en el Washington D. C. International (G1) durante tres temporadas, en una época en que esta era la prueba más atrayente de América para los intereses europeos. Así, venció consecutivamente en los años 1968 (Sir Ivor) y 1969 (Karabas), volviendo a triunfar en 1980 (Argument). Con esos tres triunfos, es el líder ganador de la prueba entre sus colegas, compartiendo podio por el también legendario Manuel Ycaza. Asimismo, en 1974, fue el jinete de la extraordinaria Dahlia (Vaguely Noble) cuando ésta se llevara la victoria en el Canadian International (G1). Según la data de Equibase, desde 1976 en adelante, Piggott logró siete triunfos, habiendo cumplido 68 actuaciones, la última de las cuales fue en la Breeders’ Cup Sprint de 1992, en la que su conducido, el inglés Mr. Brooks (Blazing Saddles) se fracturó y debió ser sacrificado. Retirado oficialmente en 1985, con 50 años, Piggott volvería a los estribos en 1990 y poco después de una semana de su retorno vino a América, sorprendiendo a todos llevándose los honores en la Breeders’ Cup Mile (G1), conduciendo al ya mencionado Royal Academy. En 1992, en yunta con O’Brien, para entonces de 76 años, llevó a Rodrigo de Triano (El Gran Señor) a triunfar en las 2000 Guineas. Su última temporada fue en 1994, montando por última vez en pruebas públicas en Inglaterra el 5 de noviembre de ese año, el día que llegaba a sus 59 años. Su retiro verdadero ocurriría en Australia, donde montaría como invitado en 1995. Por supuesto, durante su carrera estuvo montando alrededor del mundo, en escenarios grandes y pequeños, compartiendo su talento con los hípicos del mundo. Durante toda su carrera logró 4.493 victorias. Ídolo de grandes jinetes, tales como el ícono moderno, Frankie Dettori, será difícil olvidar las hazañas y la grandeza de Lester Piggott, un jinete excepcional, que “pintó una época”, acoplándose con campeones, humanos y equinos, que trascendieron todo lo hecho en este plano, para permanecer presentes a través de la energía y la emoción que juntos crearon. Esa energía cumple con el dictado del famoso Antoine Lavoisier: “no se pierde, se transforma”. Por eso, Piggott será eterno. ::: Suscríbete a nuestro BOLETIN DIGITAL y recibe las últimas noticias y la mejor información directamente en tu correo. Haz clic en este enlace :::