El Jockey Club, organismo que regula todo lo concerniente al registro de la raza purasangre en los Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico, introdujo un documento de apoyo a la New York Racing Association (NYRA) como parte del proceso que se lleva a cabo debido a la demanda civil interpuesta por el entrenador Bob Baffert, que busca anular la medida de suspensión indefinida tomada por NYRA a raíz de los hechos sucedidos posteriormente al resultado del Kentucky Derby (G1). Como es conocido por todos, Medina Spirit, pupilo de Baffert, resultó positivo a una sustancia no permitida (betametasona) en los exámenes post carrera.  De acuerdo a los términos de la suspensión, ni Bob Baffert, ni sus asistentes o allegados, podrán inscribir sus ejemplares en los hipódromos de Aqueduct, Belmont Park y Saratoga, así como tampoco podrán disponer de puestos o espacios en las caballerizas de los mencionados recintos de carreras. Esta sanción fue impuesta el pasado 17 de mayo, y tres semanas después, el 5 de junio, los abogados del entrenador introdujeron una demanda civil ante una corte distrital del estado de New York, alegando que la suspensión violaba su derecho al debido proceso, además de afectar considerablemente su trabajo como profesional, ya que provocaba el éxodo de ejemplares a otros establos, entre otras consecuencias. La representación legal de NYRA introdujo ante la corte un documento de respuesta a la demanda de Baffert, en el que explica de manera detallada los argumentos que soportan la decisión de suspenderlo. Destaca la necesidad expresada por NYRA de proteger su integridad y la de su marca, para que el público confíe en que las actividades llevadas a cabo en sus hipódromos son desarrolladas de manera segura y honesta. El Jockey Club no aparece como demandado en este caso, pero por su jerarquía dentro de la industria la ley le permite aportar sus opiniones. Así las cosas, el organismo introdujo ante la corte distrital un documento en respaldo de la NYRA. Baffert se opuso a esta intervención, pero la jueza encargada del caso le otorgó el permiso correspondiente al Jockey Club para ello. El Jockey Club expresa en su pronunciamiento que desde su fundación -en 1894- la misión fundamental del organismo es la de mejorar la cría y la competencia de los caballos purasangre de carreras, enfocados en proveer las mejoras necesarias para fomentar la salud de la raza y la integridad del deporte. El Jockey Club enfatizó su interés en que los ejemplares que vayan a la reproducción lo hagan con campañas no influenciadas por el uso de medicamentos no permitidos. Otro aspecto del documento del Jockey Club tiene que ver con el argumento de Baffert en lo referente a la pérdida sustancial de su negocio al no permitírsele participar en los hipódromos de la NYRA. El Jockey Club es socio y gerente de Equibase, la reconocida base de datos de la industria hípica norteamericana. De acuerdo a las estadísticas, apenas un 3.23% de sus presentados entre 2011 y 2020 participaron en Aqueduct, Belmont Park o Saratoga. El informe concluye reconociendo que se trata de un caso que involucra a una figura pública que mucha gente relaciona con las carreras de caballos, pero que su interés va más allá de las individualidades. Desde la perspectiva del Jockey Club, en aras de proteger la integridad y seguridad del deporte, así como también la credibilidad del mismo ante el público, sugiere que los orgasnismos responsables del manejo de los hipódromos tengan la absoluta potestad de suspender de manera inmediata a quien o quienes resulten responsables de la administración de sustancias prohibidas a los purasangre de carreras, en claro respaldo a las acciones tomadas por la New York Racing Association.